El jueves, 23 de marzo, tuvo lugar en el Centro Cívico Estación del Norte un merecido homenaje a nuestro compañero y amigo José Luis Ochoa.El salón de actos se quedó pequeño, como era de esperar, para albergar a algunas de las personas que quisimos poner en común nuestro abrazo y agradecimiento por haber formado parte de su vida.José Luis nos dejó el pasado 19 de febrero, de forma inesperada, a la vuelta de la última asamblea de Coop57 en Barcelona. Nos dejó con los deberes bien hechos, a tenor del cariño y agradecimiento que expresaron todas las personas que tuvieron la oportunidad de participar en el homenaje, dinamizado por Juanjo Hernández.

Tuvimos la suerte de poder escuchar en boca de Demetrio, compañero de gran parte de su existencia, un emocionante y divertido relato de su vida, con la sencillez, la coherencia y la ternura a la que siempre nos han tenido acostumbradas. La banda sonora de “la Misión” sonó a través del oboe de Darío Puyuelo. Pudimos ver imágenes y palabras compartidas por muchas personas y que montó Rául en un hermoso vídeo. De agradecimiento por todo lo vivido y aprendido estuvieron llenas las palabras de Beatriz, desde la Fundación Adunare. Emocionantes fueron las palabras de sus familiares al recordar la enorme figura de su tío Pepe Luis. Los cantos de “Sin trón ni son” llegaron animados y rebeldes; junto a todas las presentes entonaron un “Con tu puedo y con mi quiero, vamos juntos compañero” y un caluroso aplauso (uno más de los muchos que se produjeron) dio por finalizado el acto.

Os queremos compartir las palabras que leyó Patricia en nombre del consejo de sección de Coop57 Aragón, ahora que se nos ha ido una parte importante del mismo:

“Coherencia, alegría, cooperación, positividad, compromiso, respeto, alegría, celebración, infatigabilidad, vida, positivismo, honestidad, sencillez, ánimo, aliento, impulso, acompañamiento, esperanza… Son sólo algunas de las palabras que nos vienen a la cabeza al pensar en José Luis. Son palabras compartidas con otras muchas de las personas que convivimos con él en algún omento. Simplemente palabras que no tendrían mucho sentido si no fuese porque van cargadas de contenido. De vida en sí mismas. 

Hablar de José Luis Ochoa es charrar de la celebración de la vida. De disfrutarla intensamente, con las gentes y las situaciones con las que nos topamos por el camino; por los caminos que él, junto a muchas de las que aquí estamos, hemos tenido la oportunidad de abrir.

José Luis fue uno de los impulsores de Coop57 en Aragón, convencido de la necesidad de la innovación social que suponía el integrarnos en la cooperativa. Con la ilusión de este nacimiento que mantuvo hasta el último día. Sentía que esta pequeña banca estaba haciendo lo contrario de lo habitual en el sector, por lo que su presencia en la misma era consecuente con toda su presencia social.

Como buen conocedor de las nuevas tecnologías se aplicó en facilitar instrumentos de comunicación y difusión de nuestra cooperativa, cada vez con herramientas más modernas (blog, twitter, facebook) y con su incansable cámara en ristre para dejar constancia de nuestras asambleas, reuniones y actividades. Como en otros espacios, él era nuestro reportero más dicharachero, lo que hace que sean escasos los momentos en que conseguimos “pillarlo”.

Nos queda el recuerdo de su presencia arrolladora, su alegría, sus “juegos de niños” con el otro José Luis en los consejos de sección y el acabar llorando de la risa; siempre con el firme convencimiento en lo que hacíamos, en lo que hacemos.

Volcó su bagaje ideológico en los órganos de la cooperativa en los que participó y cabe recordar las dos, cuando menos, memorables intervenciones en el encuentro de Coop57 en Zaragoza y en la última Asamblea, el mismo día que nos dejó.

Tenía una forma apasionada de explicar qué es y para qué debería servir Coop57, para las personas que nos involucramos en una economía transformadora.

Porque currar con “el Ochoa” era hacerlo desde la alegría, desde el respeto, desde la amistad y desde el amor, como nos recordó en la clausura del encuentro de Coop57 en Zaragoza. Donde también nos animó a ser coherentes como cooperativa, pero también como personas.

Se nos ha ido una excelente persona, un referente de muchas cosas. Un infatigable, como ha demostrado hasta el último momento. Un glotón de la vida, a tenor de cómo saboreaba cada momento, cada conversación, cada vino compartido…

Coherencia, alegría, cooperación, positividad, compromiso, respeto, alegría, celebración, infatigabilidad, vida, positivismo, honestidad, sencillez, ánimo, aliento, impulso, acompañamiento, esperanza… quizás sean sólo palabras y se queden cortas para resumir nuestro agradecimiento por haber podido compartir un trocito de la enorme vida de José Luis Ochoa.

Gracias por tu compromiso, tu forma de ser, de hacer, tu ternura y tu sonrisa. Ojalá seamos capaces de continuar con esa energía tan contagiosa, tan tuya y tan nuestra, en definitiva, gracias a tu generosidad.

¡Feliz viaje, compañero! ¡Un abrazo enorme, allá donde estés!”